"La vida, mi vida, tu vida, ¡Nuestra Vida!"

Aveces tenemos que "parar de vivir como locos" y detenernos "un ratito" para "refleccionar" sobre cosas "no tan interesantes, pero si mas cotidianas. "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te toca" Forest Gamp

jueves, septiembre 28, 2006

"Despedidas"


Antes, las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.

Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino.



En las películas, en las novelas o en los libros, las partes mas “románticas”, “difíciles” o “lloronas”, son sin duda, las Despedidas.
Es que todos sabemos que no hay sentimiento mas terrible que separarse de quien a amamos, el hecho de saber que nunca mas, “o por un tiempo”, no volveremos a ver a nuestro hermano, padre, novio, hijo o amigo, es tan horrible, que pareciera que te robaran un pedazo de ti.
Por cosas de la vida mi padre tuvo que irse a trabajar a otra cuidad.
Desde niña, peleé siempre con él, nunca estábamos de acuerdo en casi nada, siempre criticaba mi manera de vestir, mi forma de hablar y hasta mis amigos, “y para que hablar del pololos”, ninguno de mis galanes le parecía bueno.
Así vivimos siempre, “como el perro y el gato”.... ahora que lo pienso,..... “como el papá y la hija”.
La vida transcurrió y las cosas en el trabajo no marcharon muy bien, mi viejo, que es un trabajloco empedernido, decidió ir a probar suerte a otra ciudad, la idea era “juntar platita”.
Al principio, la noticia fue “muy buena”, pensé, ¡voy a poder salir a todos lados, tendré los pololos que quiera y nadie me criticara en un buen tiempo!.....pero me equivoque, porque cuando llego el momento de la despedida, tuve que esconderme en el baño para que no me viera llorar (como ahora), “mi viejito”, con quien peleaba, se iba lejos y por un buen tiempo.
Despedirse es algo increíble, en un segundo se te vienen todos los recuerdos a la mente, y como en las novelas, recreas escena por escena, todo lo que pasaste con esa persona que se marcha, y te das cuenta que la vida se pasa volando, que los minutos “son oro” y que solo al momento de partir logras dimensionar el amor que le tenias.
¿Por qué será que, “únicamente,” cuando nos despedimos de alguna persona, le tomamos el valor que se merece?
Después que el bus emprende camino, el avión alza el vuelo o el tren comienza su marcha, nos quedamos tristes y las escenas de la convivencia se hacen cada vez mas detalladas, te acuerdas de lo que le gustaba, de cómo reía, de las locuras que hacían, e increíblemente “todo” te lo recuerda, hasta la canción de la radio.
Los primeros días son interminables, hay un vació muy grande, falta con quien reír, pelear o conversar, y la nostalgia se instala en tu mente y en tu corazón por un buen tiempo.
Lo bueno, es que hoy en día la tecnología te permite estar “mas cerca” de los que partieron a buscar otros rumbos, el celular, la Internet, en fin, todos los adelantos tecnológicos te ayudan a apalear la distancias y la pena desminuye y entonces piensas en lo mejor de las despedidas, lo mas lindo, lo mas esperado, lo mas fabuloso, “Los reencuentros”, porque podrás decirle todo lo que prometiste decirle cuando te despedías, porque ahora si aprovecharas el tiempo al máximo, porque será la oportunidad de demostrar todo el amor que le tienes y sobretodo porque podrás decirle cuanto lo extrañaste.
Como no van a ser terribles las despedidas, si todo lo que transcurre desde que alguien se va, hasta que vuelve es súper triste!!!!
Mi viejo viene seguido y aunque igual peleamos, al ratito, nos reímos, porque somos iguales, “peleadores empedernidos” pero “Padre e Hija”